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Descubre el poder curativo del Caldo de Huesos.
Contenidos de este artículo
Introducción
Esta es la receta del curativo caldo de huesos que yo estuve bebiendo a diario durante un año para sanar las paredes de mi intestino. Han pasado años y aún lo preparo, especialmente en invierno para hacer deliciosas y saludables sopas.
Antes de comenzar con la receta, encontrarás aquí un interesante artículo en el que comparto los diez pasos que utilicé para mejorar eficazmente mis enfermedades crónicas autoinmunes.
¿Para qué sirve el Caldo de Huesos?
El caldo de huesos es una fuente potente de aminoácidos esenciales, que son la base de las proteínas, colágeno y glutamina. Estos ayudan a generar y regenerar (sanar) los tejidos musculares y articulaciones de nuestro cuerpo. Adicionalmente contiene muchísimos minerales como hierro, calcio, magnesio y fósforo.
Después de meses consumiendo el caldo de huesos a diario, la verdad es que no solo mi salud mejoró con una drástica baja en mis niveles de inflamación, si no que también mejoró mi ánimo, mi estado físico y mi piel. Incluso varias personas en su momento me preguntaron si me había hecho algo, un lifting pensarían jajaja. Y es que en realidad mejora muchísimo la apariencia de la piel, pelo y uñas. Seguramente también debe tener una infinidad de beneficios para todos los órganos del cuerpo. Por algo será que cuando estás enfermo te dan caldo de pollo. Yo lo recomiendo a todas las personas que están pasando por procesos de sanación de enfermedades graves o crónicas.
Cosas que debes saber antes de preparar Caldo de Huesos
Hacer este tipo de caldo toma su tiempo ya que debes dejarlo cocinar a baja temperatura por muchas horas. Luego debes colarlo en caliente y ponerlo en frascos conserveros a enfriar. Así es que planifica tus tiempos para dedicarle dos mañanas o dos tardes y hacerlo todo con mucha calma y dedicación. No te arrepentirás, por lo demás, después que lo haces por primera vez, ya las siguientes se te hacen muy fácil.
Para preparar el caldo necesitas primero que todo, conseguir unos buenos huesos de res, preferiblemente de rodilla, nudillos o patas ya que son los que contienen mayor cantidad de colágeno. De lo contrario, cualquier otro hueso para cazuela te servirá igualmente. El otro tema delicado es la calidad de los huesos, sobre todo en este caso cuando pretendes consumirlos por tiempo prolongado por temas de salud. Y es que los huesos, si bien son muy saludables, pueden tener contaminantes como metales pesados o tóxicos si el animal ha estado expuesto a pesticidas por ejemplo.
Recomiendo buscar fuentes certificadas de huesos de vacas de pastoreo libres de antibióticos, hormonas y pastos contaminados con pesticidas. Cada vez hay más proveedores disponibles, por lo menos en mi país Chile pude encontrar dos o tres. Los precios son obviamente más altos que aquellos de las carnicerías, pero es un gasto extra completamente justificable.
También puedes usar otro tipo de hueso si deseas hacer variaciones, puedes usar huesos de pollo o incluso patas de pollo que tienen muchísimo colágeno. Yo a veces compraba un pollo asado y luego dejaba haciendo un caldo con esos huesos. O bien puedes usar huesos de cordero o incluso cerdo o patas de cerdo si tienes acceso a estos, la única diferencia es que el sabor queda un poco más intenso.
La olla ideal
El otro ítem especial que necesitarás será una olla a presión de 4 o 5 Lts o una olla de cocción lenta. Si no la tienes, igualmente puedes usar una olla común, solo que deberás tener algunas precauciones. Esto porque para extraer la mayor cantidad de nutrientes de esos huesos, deberás tenerlos hirviendo a baja temperatura (~80°C) por bastantes horas, 6 a 24 horas ó más, dependiendo del método de cocción.
Una breve anécdota
Cuando yo preparé mi primer batch de caldo, vivía en un departamento pequeño. Había comprado hace poco una olla de cocción lenta y estaba feliz de poder ponerla en buen uso. Así que una tarde llegando del trabajo, con todos los ingredientes a mano me puse a preparar el caldo y luego lo dejé cocinando por 24 hrs. Cerré la puerta de la cocina, dejé funcionando el extractor y dejé también la puerta de la logia de la cocina abierta para evitar que el departamento quedará muy pasado a comida.
Cuando me levanté a la mañana siguiente, sentí el aroma de la cocción, fui a revisar la olla de cocción lenta que había dejado en la cocina y todo estaba en orden, así es que cerré nuevamente la puerta de la cocina y me fui a trabajar.
Cuando regresé del trabajo alrededor de las 7 pm ya habían pasado 24 hrs de cocción de mi caldo de huesos. Al abrir la puerta del departamento, el golpe del olor al caldo fue tremendo, abrí todas las ventanas para ventilar, pero igualmente creo que todo, ropa incluida, quedó todo pasado a caldo de huesos. El caldo en sí seguía hirviendo lentamente, pero los aromas que desprende durante las últimas horas de cocción lograron penetrar todos los rincones del departamento. Me tomó probablemente una semana lograr sacar el olor de toda la ropa y las telas, sofá, cortinas, etc.
Te cuento esta historia para que tengas las precauciones correspondientes. Si vives en un departamento, deja el extractor funcionando a full y cierra la puerta y sella todos los espacios por donde pueda salir el olor. Lo que yo hice las veces siguientes fue dejar la olla de cocción lenta en la logia (terraza) de la cocina con la puerta cerrada. Con esto conseguí que el olor no impregnara el departamento, pero seguramente me gané la bronca de varios vecinos. El olor no es malo, es un olor a caldo delicioso, pero un tanto fuerte, y no lo quieres en tu ropa o cortinas.
La Receta del Caldo de Huesos
En un momento la olla de cocción lenta me aburrió porque solo me permitía hacer como 2.5 Lts de caldo, por lo que decidí comprar una cocinilla de inducción portátil en la cual podía poner una olla de 6 Lts. Deben ser ollas con base de acero o aleaciones que permitan su funcionamiento en cocinas de inducción ya que por ejemplo el aluminio no funciona. Yo tenía una olla a presión de aluminio de 5 lts de esas antiguas que usaba mi abuela y lamentablemente no me funcionó con la cocinilla de inducción, por suerte tenía otras ollas de acero inoxidable que funcionaron perfecto.
Esas son las principales consideraciones que yo creo debes tener en cuenta antes de comenzar a preparar tu caldito. Luego en la receta más abajo verás que lleva varias verduras y hierbas para darle un buen sabor. Estas pueden ser a tu criterio, puedes poner otras más o menos dependiendo de tus gustos.
En la receta igualmente verás que lleva un chorrito (dos cucharadas aprox.) de vinagre de manzana u otro vinagre que tengas, esto lo leí en alguna parte porque la teoría dice que agregando un componente ácido ayuda a desmineralizar los huesos, es decir, extraer una mayor cantidad de minerales, que es algo que deseamos. El sabor del caldo no se afecta mucho y mientras no te excedas, la acidez apenas se nota.
Un paso extra que es opcional, pero que sí te recomiendo porque el sabor queda mucho mejor, es rostizar un poco los huesos en el horno antes de ponerlos en la olla. Con este paso el caldo queda de un color más oscuro y el sabor mucho más concentrado. Para hacer un ramen es perfecto, pero si prefieres un caldo más ligero y pálido te puedes saltar ese paso.
Caldo de huesos
Materiales
- 1 Fuente para horno. Para hornear 1 Kg de huesos
- 2 Guantes de horno
- 1 Olla a presión o de cocción lenta para 4 Lts. min.
- 1 Colador de acero inoxidable de malla fina. O colador chino
- 1 Espumador
- 3 Frasco conservero de vidrio de 1 Lt. con tapa
- 1 Embudo metálico. O jarro de vidrio con boquilla.
Ingredientes
- 1 kg Huesos de res (de rodilla, nudillos o patas). O de pollo, cerdo, cordero, etc.
- 1 uni Cebolla grande partida en 8 trozos con piel
- 1 uni Zanahoria grande partida en trozos grandes
- 1 uni Ramita de apio
- 2 dientes Ajos partidos
- 1 uni Hoja de Laurel
- 1 uni Ramita de romero. ó ⅓ cda de hierba deshidratada
- 1 uni Ramita de tomillo. ó ⅓ cda de hierba deshidratada
- 2 cda Vinagre de manzana. u otro vinagre
- 3 lts Agua purificada
Elaboración paso a paso
- Enciente el horno a 180°C y espera a que tome temperatura
- Lava y esteriliza los frascos conserveros, espumador y colador.
- En una fuente para horno dispone los huesos y opcionalmente las cebollas trozadas. Lleva al horno por unos 15 min o el tiempo suficiente para que doren los huesos. Presta atención para que no se vayan a quemar, de lo contrario no sirve ya que el caldo quedará amargo.
- Saca la fuente del horno, y traspasa los huesos y cebollas a la olla de presión o cocción lenta.
- Agrega todas las demás verduras y hierbas, el vinagre y los 3 Lts. agua
- Tapa la olla y lleva a cocción. Si es una olla a presión, cocina por unas 4 a 6 hrs a fuego bajo. Si es una olla de cocción lenta, cocina por 12 a 24 horas a baja temperatura.
- Una vez completado el tiempo de cocción, con el espumador, retira de la olla los huesos y resto de los ingredientes solidos. Estos, una vez fríos los puedes descartar.
- Pon el colador sobre el frasco de vidrio con boquilla. Puede ser también una olla.
- Con mucha precaución cuela el caldo, lo puedes hacer de a poco
- Luego vierte el caldo caliente en los frascos de vidrio, pon la tapa y ciérralos con fuerza. Invierte el frasco para sellarlos y asegurar que no hay filtración.
- Deja enfriar a temperatura ambiente por unos 30 min, luego usa agua de la llave para enfriarlos rápidamente y llevarlos al refrigerador.
- Una vez fríos la grasa del caldo se solidificará en la superficie sirviendo de sello.
Notas
Qué dice la ciencia?
Te dejo aquí el link a un interesante estudio científico sobre los increíbles beneficios del caldo de huesos para tratar la inflamación y ayudar en la mejora de enfermedades como la colitis ulcerativa.
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